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viernes, 31 de agosto de 2007

KI TAVO

Una vez instalados en la Tierra Prometida, los judíos deben llevar los primeros frutos de las siete especies características del país (trigo, cebada, uva, granada, higo, dátiles y aceitunas) hacia el Bet Hamikdash (Sagrado Templo) y donarlos al Cohen (Sacerdote) en una emotiva ceremonia en que expresan su agradecimiento a Hashem, al tiempo que reconocen que fue El Quien liberó a sus antepasados de Egipto y los guió a una "Tierra que mana leche y miel", párrafo que forma parte de la Hagadá de Pesaj. En el último día de Pesaj y en el cuarto y séptimo año del ciclo de siete años de los diezmos, se debe entregar el diezmo de la cosecha, y luego pronunciar una plegaria confesando que en efecto se han repartido los diezmos obedeciendo el precepto Divino entre los levitas, los huérfanos y las viudas. Esto se denomina Vidui Maaser (confesión del diezmo). Aquí finaliza Moisés de transmitir los preceptos que Hashem le ordenó que enseñara al pueblo. Luego les pide a sus hermanos que se esfuercen en emular los caminos de D-s, Quien los ha elegido como un tesoro para Él.
Cruzan los hijos de Israel el río Jordán, y hacen un nuevo pacto con la Torá. Se colocan grandes piedras en el monte Eval y se inscriben en ellas toda la Torá en los 70 idiomas del mundo, cubiertas con una fina capa de yeso. A continuación, son entregadas ofrendas sobre un altar de piedras, es servida la comida en un clima de regocijo y luego la mitad de las doce tribus se ubican sobre el monte Guerizim, representando las bendiciones, mientras las otras seis tribus lo hacen sobre el monte Eval y los levitas en el valle entre ellos. Los levitas enuncian las consecuencias penosas para aquellos que hagan idolatría, deshonren a sus padres, actúen injustamente con el extranjero, al huérfano y la viuda, practiquen actos de inmoralidad, reciban sobornos, etc. y transgredan los preceptos de Hashem en general. Todos deben contestar "amén", tanto a las maldiciones como a las bendiciones.
Moisés detalla las bendiciones, tanto físicas como espirituales, que le serán otorgadas al Pueblo de Israel cuando siga el camino de Hashem y luego la reprimenda (Tojajá), las tristes consecuencias que sobrevendrán si no cumplen con las leyes de la Torá, que conducirá al exilio y a la dispersión del pueblo entre las naciones. Exhorta finalmente a los hijos de Israel a recordar constantemente a D-s, Quien siempre los protegió desde que los liberó de Egipto, en su travesía por el desierto y Quien eternamente lo seguirá haciendo


2- TESHUBÁ
Rav Mordejai Golob, shelita (Jerusalem) escribe: Nuestros Sabios enseñan que si una persona está en el proceso de transformarse en un tzadik (justo), Hashem derrama sobre él Su bondad incluso ahora. Por el contrario, si una persona se está volviendo mala, Hashem la juzga basado en su condición presente, no basado en el futuro. Si una persona no está destinada a ser ni tzadik ni rashá (malvado) sino sólo de un nivel promedio, Hashem derrama sobre él Su bondad por el bien que esa persona está destinada a hacer, pero no lo castiga por el mal que aún no ha cometido.
Por consiguiente, uno debe estar bien encaminado para prepararse para las Altas Festividades a fin de ir por la buena senda, la que lleva en la dirección para alcanzar la integridad y la perfección. ¿Cómo? Rab Golob ofrece algunas sugerencias de los Sabios de pasadas generaciones:
1) Estudiar Torá: el Midrash nota que el estudio de la Torá tiene el potencial de traer de regreso a aquellos que están distantes de Hashem. Ciertamente, entonces, puede traer más cerca a aquellos que ya están cerca. La Guemará (Kidushín 30a) cita a Hashem: "Creé el ietzer hará (la mala inclinación) y creé la Torá como antídoto".
2) Estudiar Musar (obras sobre el desarrollo de las buenas cualidades). El Jafetz Jaim escribe que él habló con muchos grandes sabios que se oponían al movimiento de musar en sus primeros años (finales del siglo 19) e incluso ellos coincidían en que el estudio de musar es necesario en nuestros tiempos (principios del siglo 20 y, ciertamente, el siglo 21). Sin el estudio de musar, escribe el Jafetz Jaim, no tenemos seguridad de que nuestro conocimiento de Torá o nuestro temor de Di's pueda ser retenido por nosotros.
R' Iaakob Lorberbaum (el Netivot, principios del S. 19), igualmente escribió a sus hijos en su testamento: "Os indico que dediquéis algún tiempo cada día para estudiar musar, pues debido a nuestros pecados, nuestros corazones se han endurecido como piedras, pero el musar tiene el poder de suavizar hasta a la piedra". Finalmente el Jatam Sofer (también de principios del S.19) escribió: "¡Creedme! El día en que no estudio musar, siento que mi temor de Hashem se debilita notablemente".
3) Elegir un buen ambiente y buenos amigos: El Rambam escribe (Hiljot De'ot 6:1): "Es sólo natural que el punto de vista y las ideas de una persona sean influenciadas por sus amigos y camaradas. Por consiguiente, una persona debe apegarse a tzadikim".
4) Elegir un rabino o mentor espiritual que lo guíe: La Guemará dice que una persona debe vivir siempre cerca de su rab, de su guía espiritual. La prueba de esto es que mientras el rebe del rey Shlomó estuvo con vida, el rey Shlomó no se casó con la hija del Faraón.
5) Rezar por temas espirituales. Si uno reza por ayuda para mejorar su estudio de Torá o en algún otro emprendimiento espiritual, Hashem ciertamente le responderá.
6) Estudiar las leyes de lashón hará (maledicencia): esto ayuda a la persona en todas las áreas de las relaciones interpersonales, no sólo en el área específica de no hablar mal de los demás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Imponente despliegue y exposición del modelo judío de racionalidad.

Di-s salve a Israel.