martes, 30 de octubre de 2007
ISRAEL1969 por Jorge Luis Borges
Etiquetas: Cultura
lunes, 29 de octubre de 2007
SEMBLANZA DE UN GAUCHO JUDÍO por Dr. Guido Maisuls
Nos reunimos a media mañana, alrededor de un fogón ya encendido, donde una abundante cantidad de leña, la reseca y dura madera de ñandubay que abunda en los campos entrerrianos, comenzaba a arder con un sonido chirriante y abrasador, mientras las llamas rojas y azuladas purificaban a fondo una oscura y amplia parrilla metálica del mas puro estilo campestre. Nos sentamos en cómodos y bajos taburetes de madera rustica y mientras me preguntaba por mis estudios y mi familia, arrimaba al fuego una negra pava de agua a calentar y preparaba su mate porrón con una generosa y verde porción de yerba fuerte y aromática mientras una plateada bombilla metálica relucía con todo su esplendor, por el fuego y por los esplendidos rayos del sol que se obstinaban en colarse a través de las tupidas y verdes ramas de un paraíso añoso y robusto.
Entre mate y mate, comenzó a contarme cosas de su vida, de su calido y culto hogar natal, de sus padres inmigrantes judíos de Odessa, de sus juveniles y soñadores años de juventud, de su trabajo duro y fecundo en el campo, de sus amigos de toda la vida, de su amor profundo por esta negra y fértil tierra entrerriana y de sus profundas y ancestrales raíces judías que las proyectaba como legado a sus dos hijos varones y a su invalorable tesoro, a su adorada y hermosa hija.
Su conversación era sencilla y directa, sin rodeos ni volteretas, me pregunto si yo quería hacer el asado, le conteste que para mi era un honor y mientras el fuego se aplacaba y las brazas blanqueaban el fondo del fogón, irradiando un intenso calor, comencé a acomodar sobre la parrilla caliente una anchas y tiernas tiras de asado de ternera. Mientras la delicada carne comenzaba a dorarse regada cada tanto de una exquisita salmuera criolla continuamos esa charla sencilla y profunda, condimentada con algo en común que nos unía en el fondo, yo también era descendiente de esos gauchos judíos.
Su vida fue una autentica simbiosis, un entrelazado muy fuerte y profundo de culturas y vivencias. La corriente judía ashkenazi que venia de la vieja Europa, que la trajeron sus cultos e intelectuales padres, que cuando se instalaron en la colonia Berro, a solo ocho kilómetros de San Salvador, en el patio de su casa plantaron rosas y árboles frutales mientras que con sus vecinos judíos y hermanos de los mismos barcos en que llegaron construyeron una sinagoga, un lugar de culto, de encuentros sociales y de actividades culturales. Este legado original se fundía inexorablemente con la indómita, virgen y fértil tierra entrerriana, con los auténticos vínculos de sus entrañables amigos gentiles, gente de otras culturas, de los criollos del lugar , de los descendientes de los alemanes del Volga y de los inmigrantes de la madre patria de España; vivencias que como ríos caudalosos desembocaron en el, conformando un autentico gaucho judío, con las profundas raíces de su pueblo ancestral pero con las libres alas de una nueva generación comprometida con su tierra, con su entorno y con su gente.
Se iluminaban con un brillo de alegría sus verdes y grandes ojos soñadores, cuando recordaba la vida de la colonia donde nació, la escuela de campo donde se llegaba a caballo luego de un largo y cotidiano viaje, la convivencia con sus queridos hermanos y hermanas, las románticas e inocentes travesuras de su juventud, las grandes festividades judías, los 25 de mayo y los 9 de julio en la colonia, las largas y alegres travesías a través de las distancias para llegar a las fiestas de casamiento, brit mila y bar mitzva, en carros tirados por caballos llevando a sus numerosos amigas y amigos a estos ineludibles e inolvidables acontecimientos en búsqueda de los alegres bailes llevados por la música de freilaj y tijeras, donde se intensificaban los vínculos de la amistad y del amor.
Una parte inseparable de su vida lo constituía un concepto quizás hoy algo extraño a nuestros oídos y lo era indudablemente el amor al trabajo, como fuente de sustento para su familia pero fundido con el sentimiento de alegría, afecto y orgullo de lo que producía con su mente y con sus propias manos, un día de trabajo era un día de jubilo, levantarse muy temprano, el frugal desayuno con el inseparable mate y la fecunda jornada con las vacas y los cultivos en su amada tierra prometida, su establecimiento rural de colonia Berro, que lo sustentaba tanto espiritual como materialmente, al cual viajaba cotidianamente en su Citroen pero en los imposibles y lluviosos días invernales, era el típico sulky tirado por un brioso caballo el que lo trasladaba a través de esos difíciles y anegables caminos entrerrianos.
La otra gran pasión de Adolfo fue la gente, la vida social era para el un alimento espiritual insustituible, era un personaje muy popular y conocido en el pueblo, el tramite bancario o la rutinaria compra de algo necesario eran una excelente oportunidad para saludar y charlar extensamente con sus innumerables amigos y conocidos; comerciantes y gente de campo; letrados y gente sencilla; ricos y pobres; jóvenes y viejos; criollos, españoles, árabes, alemanes y judíos. Todos eran sus hermanos y sus amigos, sin ninguna distinción, cualquier lugar era el correcto: el banco, el correo o la farmacia. Sencillamente amaba a su gente y amaba a su pueblo.
Querido Adolfo Presman, te fuiste muy temprano de nuestras vidas, pero ahora y a través del tiempo y de las distancias te quiero agradecer profundamente por tres cosas valiosas que me legaste: tu ejemplo de vida en el cual me reflejo en las inevitables horas difíciles que a veces atravesamos; tu querida hija, que es mi inseparable compañera de la vida y madre de mis hijos y no quiero olvidarme de ese inolvidable y exquisito asado que compartimos en esa hermosa mañana de septiembre.
Etiquetas: Mundo Judío
domingo, 28 de octubre de 2007
VIVIR DE UNIFORME, MORIR DE CIVIL por Mario Linovesky
Al moderno Estado de Israel, aunque de cortísima existencia, no le faltan próceres, sino que por el contrario los tiene y en cantidad superlativa; muchos de los cuales gracias a Dios siguen vivos y escribiendo esta historia que tanto nos enorgullece. Sin embargo, no son estos últimos los que motivan la presente nota, sino aquellos que en algunos casos los precedieron y en no pocos fueron sus compañeros de lucha, pero que ya no están en este mundo. Con todos ellos, absolutamente, nuestra Mediná y su población están en deuda y son merecedores de cuanto homenaje se les hizo, haga o siga haciendo. Sin embargo, hay uno en especial que descuella por su trayectoria, y, además, que merece una especial evocación por la forma infame en que murió. Su nombre es (lo pongo en tiempo presente porque los insignes de verdad jamás mueren del todo) Itzjak Rabin, del cual el próximo 4 de noviembre se cumplirán doce años de su asesinato vil y al que la inmensa mayoría del pueblo judío habrá de honrar como sólo se honra a los más grandes, cuando se tiene con ellos un inmenso compromiso de gratitud.
Rabin nació en Jerusalem, en tiempo que la zona estaba bajo mandato inglés, y creció y se desarrolló en medio de los pioneros que desde finales del siglo XIX habían llegado a esa tierra abandonada para construir sobre ella, previo secar los pantanos que la enlodaban e infectaban, pueblos, ciudades, moshavim y kibutzim. O sea, hacer un país de la nada. Hombres y mujeres que se propusieron por meta convertir en realidad ese sueño de los sionistas que en 1897 se habían reunido en Basilea y exigido al mundo un hogar nacional permanente para el perseguido pueblo judío. Y vaya si lo hicieron. Sobre un suelo yermo y dejado a la deriva, encontraron la forma de crear industrias y también fertilizar la tierra y forestarla, forjando así un oasis en medio del inhóspito desierto levantino, que maravilló al mundo de aquel entonces. Pero eso ocurrió de 1948 en adelante, cuando ya era un Estado independiente. Antes de ese año su lucha por asentarse fue asaz cruenta, además de presuntamente quimérica, puesto que no se contaba con organización ni armamento y lo único que primaba era la ilusión de aquellos hombres por tener su propio suelo. Rabin fue uno de aquellos hombres y su biografía habla por sí misma de la importancia de su actuación:
“Itzjak Rabin nació en Jerusalén el 1 de marzo de 1922. Completó sus estudios en la Escuela de Agricultura de Kaduri. Reclutado en la Haganá por Moshé Dayán, participó en las batallas con el Palmaj (acrónimo de Plugot Majatz; traducido: Fuerzas de Choque) en Siria (1941). Más tarde fue ascendido a líder de pelotón y, en 1945, fue subcomandante de la operación que liberó a 200 inmigrantes “ilegales” del campo de detención de Atlit. En junio del año siguiente, Rabin fue arrestado junto con cientos de líderes judíos por los británicos, en lo que pasó a ser conocido como "sábado negro". Fue enviado al campo de detención británico de Rafiaj por seis meses. En octubre de 1947, Rabin fue nombrado subcomandante del Palmaj, sirviendo directamente bajo órdenes del mítico General Igal Alón. En la primavera de 1948 comandó la Brigada Harel que, en la Operación Najshón, abrió paso de la carretera a la Jerusalén sitiada y liberó los barrios de Katamón y Shej Jarrah. Bajo el comando de Alón, Rabin participó también en las batallas de Lod y Ramle y, como jefe de operaciones del frente del sur, condujo la Operación Jorev, la contraofensiva en la que se tomó el control de Neguev y Eilat. Fue miembro de la delegación que firmó los acuerdos del armisticio de los estados árabes en Rodas (1949). Rabin se graduó en el Staff College en Inglaterra (1953). Desde 1954 hasta 1956 fue jefe del Cuerpo de Entrenamiento y fue ascendido al grado de brigadier general. Sirvió como Comandante de la Zona Norte durante 1956-1959; fue asimismo jefe del Cuerpo de Operaciones durante 1959-1960 y, en 1961, fue nombrado subjefe de Estado Mayor. En enero de 1964 se convirtió en el séptimo jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel. En su función de jefe de Estado Mayor, Rabin condujo al Tzahal (las Fuerzas de Defensa Israelíes) a la victoria en la Guerra de los Seis Días. Se retiró del ejército el 1 de enero de 1968”.
Hasta aquí tenemos al Rabin de uniforme. Y desde aquí, al servidor público vestido de civil. Ya por esos años el Estado de Israel estaba asentado militar y económicamente y, aun cuando le quedaban muchas batallas por delante, de cualquier modo poseía la capacidad para defender eficazmente sus fronteras y continuar bregando cada vez con mayor ímpetu en su expansión interna. Vale decir que ya era un país semi consolidado al que solo le quedaba, como asignatura pendiente, firmar la paz con esos belicosos vecinos que lo atacaban ininterrumpidamente. Y fue por esos años, desaparecida la incertidumbre de ser borrado del mapa, que, entre los miles de sabras que nacían en su suelo seguro y estable, uno de ellos fue un tal Igal Amir y tendría por ominoso destino echar a la tierra al glorioso combatiente, que ahora obraba en su nueva faz de político. Sigue la biografía de Rabin:
“Fue nombrado embajador en Estados Unidos, donde sirvió durante cinco años. En la primavera de 1973, Rabin volvió a Israel. Comenzó a activar en el Partido Laborista. Fue elegido miembro de la Kneset (Parlamento) en diciembre de 1973 y, cuando Golda Meir formó su gobierno en abril de 1974, fue nombrado ministro de Trabajo. Luego de la renuncia de Golda Meir, el 2 de junio de 1974, la Kneset expresó su confianza en un nuevo gobierno encabezado por Itzjak Rabin, al que nombró Primer Ministro. Durante ese período de Rabin, el gobierno puso especial énfasis en el fortalecimiento de la economía, la solución de problemas sociales y el reforzamiento de las FDI. Con la mediación norteamericana, se firmaron acuerdos de separación de fuerzas con Egipto y Siria (1974), seguidos de un acuerdo interino con Egipto, en 1975. Más tarde, se firmó el primer Memorando de Entendimiento entre los gobiernos de Israel y Estados Unidos (1975). En junio de 1976, el gobierno de Rabin emitió la orden de realizar la Operación Entebbe, liberando a los pasajeros secuestrados del vuelo de Air France por comandos terroristas palestinos y alemanes. Rabin renunció al cargo de Primer Ministro en abril de 1977. Luego de las elecciones (mayo de 1977) y hasta la formación del Gobierno de Unidad Nacional (septiembre de 1984), Rabin sirvió como miembro de la Kneset por el Partido Laborista, entonces en la oposición. Fue miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa. Durante los gobiernos de unidad nacional (1984-1990), Itzjak Rabin sirvió como Ministro de Defensa. En enero de 1985 presentó la propuesta de la retirada de las FDI del Líbano y el establecimiento de una zona de seguridad, para garantizar la paz de los asentamientos a lo largo de la frontera norte de Israel. Itzjak Rabin fue elegido presidente del Partido Laborista de Israel en sus primeras primarias nacionales (febrero de 1992) y condujo el partido a la victoria en las elecciones a la Kneset en 1992. En julio de ese año, Rabin formó el 25º gobierno de Israel, ocupando los cargos de Primer Ministro y Ministro de Defensa. Su período de gobierno fue señalado por los siguientes hitos en el proceso de paz. 13 de septiembre de 1993, durante la firma de la "Declaración de Principios Israelo-Palestina", en el prado de la Casa Blanca, el Primer Ministro Rabin y el Presidente de la O.L.P., Yasser Arafat, se dieron por primera vez la mano. El 26 de octubre de 1994, en la frontera jordano-israelí, firmó el "Tratado de Paz entre el Estado de Israel y el Reino Hachemita de Jordania". El 28 de septiembre de 1995, fue suscriptor del "Acuerdo Interino Israelo-Palestino en la Margen Occidental y la Franja de Gaza". Rabin fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en diciembre de 1994, junto al canciller Shimón Peres y el Presidente de la O.L.P., Yasser Arafat”.
El 4 de noviembre de 1995, en la Plaza Malkei de Tel Aviv y ante más de 100.000 personas que manifestaban a favor de la paz, el premier Rabin pronunció el siguiente discurso:
"Este Gobierno, el cual tengo el privilegio de dirigir junto a mi amigo (el Ministro de Exteriores), Shimon Peres, ha decidido darle una opción a la paz. Una paz que solucionará la mayoría de los problemas del Estado de Israel. Fui un militar durante 27 años, he librado guerras cuando no había la posibilidad de lograr la paz. Creo que hoy existe una opción para la paz, una oportunidad única que debemos aprovechar para quienes están aquí hoy y para quienes no lo están y ellos son muchos. Siempre he creído que la mayoría del pueblo quiere la paz y quiere darle una oportunidad a la paz. Y Ustedes, viniendo a esta manifestación, prueban que el pueblo quiere realmente la paz y se opone a la violencia. La violencia afecta a la base misma de la democracia israelí. Es necesario condenarla, borrarla con inteligencia, y aislarla. La violencia no es el camino del Estado de Israel. La democracia existe. Pueden haber conflictos, pero el resultado será determinado por elecciones democráticas. La paz no está solamente en los rezos..., sino que es el deseo del pueblo judío. Existen enemigos del pueblo. Tratan de atacarnos para entorpecer la paz. Quisiera decirles a Ustedes: hemos encontrado un socio entre los palestinos con quien es posible realizar la paz: la OLP, quien solía ser un enemigo, quien ha dejado de lado al terrorismo. Sin socios para la paz, no hay paz. También con Siria, habrá una oportunidad para alcanzar la paz. Esta manifestación debe transmitir al público israelí, al público judío del mundo y a muchos en occidente y en el mundo exterior, que el pueblo de Israel quiere la paz y apoya la paz. Muchas Gracias."
Entre la multitud estaba el sabra Igal Amir. Era en apariencia uno más de los que manifestaban a favor de la paz tan ansiada. Ninguno de los que lo circundaban, hubiese sospechado que portaba un revólver y mucho menos sobre sus intenciones funestas. El ambiente festivo no daba para recelos, puesto que era una reunión de hermanos con un mismo fin. Aprovechando ese relajo, Igal Amir se deslizó entre la guardia de Rabin cuando se producía la desconcentración del acto y, sin hesitar, lo asesinó cobardemente a tiros para enseguida ser detenido. Pero... ¿quién era en definitiva ese muchachito de aspecto inofensivo?. He aquí lo que se sabe de él:
“Se dio en él todo un proceso, que fue perfectamente detallado en un libro del periodista David Horowitz. El proceso fue una mezcla de la nueva educación del movimiento juvenil sionista religioso Benei Akiva, del cual Igal Amir era egresado, y en parte también de una corriente ideológica muy cuestionable que se ha apoderado totalmente de la Universidad de Bar Ilán. Hay que señalar algunas pautas de comportamiento de Igal Amir. A partir del primer acuerdo entre Israel y los palestinos en 1993, él habló repetidas veces de que “Rabin y Peres son dos cabezas de la misma culebra. Hay que matarla, hay que aplastarla”. Sus exabruptos tampoco eran aislados. Igal Amir no era un indigente de la calle sino un “niño bien” de una familia de buen pasar en Hertzlía. También era estudiante de leyes, es decir que no era el criminal de la calle, sino el buen abogado, y ésto es muy importante, porque fue entonces la educación que recibió Amir la que lo llevó a cometer su acto, con el apoyo tácito de su gente y con el apoyo activo de otros que le suministraron cantidades nada despreciables de armas y explosivos, descubiertos en su cuarto y el de su hermano. Las mismas iban a ser utilizadas en distintas oportunidades para matar a Rabin, a Peres, una masacre de gente de Paz Ahora y para matar árabes. Ahora bien, para Igal Amir, las acciones de Itzjak Rabin contradecían la palabra de Dios, y él se veía como agente de Dios. En este sentido, él es idéntico al terrorista de Hamas. Uno está actuando por las órdenes de Alá, el otro por las de Elohim. Esta filosofía, unida con la nueva politización derechista de Benei Akiva, a lo que se suma la radicalización de la derecha israelí incluyendo a miembros del Likud, es lo que allanó el camino de Igal Amir. Es verdad que no fue el resultado de una conjura o conspiración. Esa teoría es una estupidez diseminada por un periodista, otra vez yanqui, llamado Barry Hamish, basado en las teorías de conspiración para matar a J.F. Kennedy. Pero sí hay que ver el marco social del que partió Amir. Y este marco social, a partir de Oslo, fue tomando actitudes cada vez más violentas, y entraron en el fragor de una dinámica muy asesina. Como ejemplo, una manifestación de la que Biniamín Netaniahu también participó, en la que se llevaba un ataúd con el nombre de Rabin a un lado y el de Peres al otro. Eso era directamente un llamado al crimen. Este proceso fue cada vez más en aumento. En 1994 militantes del Likud colgaron carteles con la imagen de Rabin con keffiyah (pañuelo tradicional árabe), con la insinuación de que Rabin era un vendido al terrorismo de la OLP. Otro cartel mostraba a Peres convirtiéndose en Arafat, y otro, una calavera cuyas órbitas vacías estaban ocupadas por la bandera palestina, y debajo las palabras Rabin en una órbita y Peres en la otra. Y estos cartelitos tan simpáticos no fueron colgados por la ultraderecha, sino por la juventud del Likud. De todo eso surgió Igal Amir, que a diferencia de Baruj Goldstein no fue militante del Kaj, sino un chico bien, calladito, buen estudiante de abogacía, como quiere toda mamá judía. Goldstein ya era un lunático político y era famoso por serlo. Igal Amir no. Una anécdota cuenta que Igal Amir se postuló para ser acompañante social de grupos en el Área de Liderazgo de la Agencia Judía y una coordinadora lo rechazó, gracias a Dios, por su “falta de habilidad para entablar relaciones comunicativas en su lugar de trabajo”. Es una anécdota muy interesante, existe incluso su expediente. Goldstein, entonces, fue un militante que recibió capacitación política al participar de todos los campamentos y seminarios de Kaj. Igal Amir no, era el “intelectual flotante”, que en todo caso fue el producto de la radicalización de Benei Akiva, donde la Tierra del Gran Israel se convirtió en valor supremo. Al respecto se podrían mencionar miles de fuentes judaicas que dicen y abogan por lo contrario. Inclusive se puede citar al Rambam Maimónides, quien solía decir que la paz es, bien visto, un valor superior a la mismísima Torá. Igal Amir pensaba lo contrario y estuvo dispuesto a matar a un hermano para demostrarlo”.
Rabin murió asesinado el 4 de noviembre de 1995, luego de pronunciar un discurso a favor de la Paz y cantar junto a la multitud. Murió vestido de civil matado por un judío, cuando su trayectoria indicaba que su deceso lógico debió haberse dado por causas naturales o por balas enemigas cuando usaba uniforme. Quizá y sólo quizá, en el plano político, pudo haber estado equivocado al juzgar tan buenamente, según oímos en su último discurso, a Arafat y a la OLP. Eso, ya nunca lo sabremos. En todo caso su asesinato hasta pudo haber sido el desencadenante de la posterior violencia que costó la vida de tantos israelíes y palestinos, al perder estos últimos a su interlocutor más confiable. Todo puede ser cierto en este atolladero que fue siempre el conflicto israelo-palestino. De cualquier modo, Itzjak Rabin dedicó su vida entera a luchar por Israel, como soldado y como civil. Y conseguir el país seguro para los judíos fue sin duda su único norte, haya estado equivocado o no. Por tal le cabe nuestro respeto y recuerdo, puesto que el bronce se lo ha ganado merecidamente. Y hoy, paradoja del destino, está en manos de muchos que fueron sus encarnizados rivales políticos el concluir su obra, firmando esa paz que quizá el ilustre muerto hubiese conseguido diez años atrás de no haber sido asesinado. Será de cualquier modo el mejor homenaje a su gran sueño, a su brillantísima foja de servicios y a su grandeza espiritual. Al hombre que lo dio todo, inclusive su vida, en favor del Estado de Israel.
Itzjak Rabin: ¡¡¡que descanses en paz!!! Pueblo de Israel: ¡¡¡que puedas vivir en paz!!!
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viernes, 26 de octubre de 2007
FRACCIONANDO EL ALMA por Rav Michael Laitman
Café de Brasil y relojes suizos
En el reino del deseo
Placer antes del contacto
Fragmentos del placer
Dejar de reencarnar
El conjunto es (mucho) más que la suma de sus piezas
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jueves, 18 de octubre de 2007
BIEN ESTÁ LO QUE BIEN ACABA por Rav Michael Laitman
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LA TIERRA SE MUERE por Dr. Guido Maisuls
Nuestro planeta se está calentando. Los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que se llevan registros y los científicos anuncian que en el futuro serán aún más calientes. La mayoría de los expertos están de acuerdo que los humanos ejercemos un impacto directo sobre este proceso de calentamiento, generalmente conocido como el "efecto invernadero" . El efecto invernadero es una condición natural de la atmósfera de la tierra. Algunos gases, tales como los vapores de agua, el dioxido de carbono (CO2) y el metano son llamados gases invernadero, pues ellos atrapan el calor del sol en las capas inferiores de la atmósfera. Sin ellos, nuestro planeta se congelaría y nada podría vivir en él.
A través de la quema de carbón, petróleo y gas natural que liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera estamos haciendo que esa frazada que nos protege sea cada vez mas gruesa. Cuando talamos bosques y quemamos madera, reducimos la absorción de CO2 realizado por los árboles y conjuntamente liberamos el dióxido de carbono contenido en la madera. Si el crecimiento de la emisión de gases invernadero se mantiene en el ritmo actual los niveles en la atmósfera llegarán a duplicarse, comparados con la época preindustrial, durante el siglo XXI. Si no se toman medidas es posible hasta triplicar la cantidad antes del año 2100. El consenso científico como resultado de esto, es que seguramente habrá un aumento global de la temperatura entre 1.5 y 4.5°C en los próximos 100 años.
El aumento de temperatura tendrá efectos expansivos. Por ejemplo, los patrones de lluvia y viento, que han prevalecido por cientos y miles de años, de las que dependemos, podrían cambiar. El nivel del mar podría subir y amenazar islas y áreas costeras bajas. En un mundo crecientemente superpoblado y bajo estrés, con suficientes problemas de antemano, estas presiones causarán directamente mayor hambruna y otras catástrofes.
Según la Organización Mundial de la Salud, aun un pequeño aumento de temperatura puede causar un aumento dramático de muertes debido a eventos de temperaturas extremas; el esparcimiento de enfermedades tales como la malaria, dengue y cólera; sequías, falta de agua y alimentos.
Un calentamiento de esta naturaleza, tendrá graves efectos sobre el planeta. Mientras se deshielan las capas polares, se elevará el nivel del mar, lo cual hará que se inunden las tierras más bajas, y quizás desaparezcan países completos. Se incrementaran los problemas alimentarios, a mediados del presente siglo la población humana será de 11 mil millones de habitantes, entonces, se presionará más a la tierra para que produzca alimentos. (Actualmente más del 50% del planeta ya ha sido cultivado, pastoreado o construido).
Si en la actualidad 1,100 millones de personas no tienen acceso al agua, en el año 2030 los sedientos sumarán 3,600 millones (mientras el 11% de los ricos seguirán despilfarrando el 88% de las reservas de agua dulce del planeta).
Si ahora el éxodo humano es por razones laborales, en cuestión de 5 años el éxodo será de los refugiados climáticos. Entonces, no habrá ni primer, ni segundo mundo a dónde huir.
Mientras todo esto suceda, más del 30% de las especies de vidas se habrán convertido en nostálgicos recuerdos fotográficos.
Hemos llegado a un punto ecológico limite, la tierra se esta muriendo, nuestra actual civilización la esta matando y nos estamos suicidando junto a ella, si deseamos sobrevivir como especie humana no nos queda otro camino que recrear un nuevo paradigma global:
1. La insaciable sociedad de consumo debe dejar de ser el leit motiv del hombre moderno y debe dar paso a una comunidad donde se consuma lo necesario para una vida digna.
2. La sobreexplotación comercial de la tierra se deberá transformar en una búsqueda racional de los recursos materiales necesarios.
3. Las salvajes ansias de ganancias ilimitadas se deben trastocar por el fecundo trabajo en el marco de una sociedad solidaria.
4. La inmoral pobreza, que no se terminara ocultando a los pobres sino redistribuyendo la pornográfica acumulación de la riqueza.
5. La sobre utilización del petróleo debe ser reemplazada por los biocombustibles, combustibles ecológicos y por transportes públicos y no contaminantes.
6. La utilización del agua debe ser racional y solidaria, en función de las necesidades y no del derroche de unos pocos.
7. La producción racional, el reciclado y la reconversión de la basura en materiales nuevamente útiles y necesarios.
8. Frenar la explotación desmedida y despiadada de las selvas y bosques, reforestando las áreas depredadas con especies autóctonas que respete el ecosistema original.
9. La creación y conservación de grandes reservas naturales donde continúe la vida animal y vegetal como lo fue desde el comienzo.
10. Terminar definitivamente con las guerras que además de ser en la mayoría de las veces injustas y genocidas, destruyen nuestro habitat sin miramientos de ningún tipo.
Esa maravillosa perfección que son la Tierra y el mismo Universo son el único hogar que compartimos millones de seres humanos junto a las demás formas de vida. Es nuestro Gran Desafío poder habitarla y poder realizarnos en ella, respetando ese increíble y milagroso equilibrio de la naturaleza, no dejemos que nuestros egoísmos y nuestros mezquinos intereses la destruyan, antes de que sea demasiado tarde.
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martes, 16 de octubre de 2007
viernes, 12 de octubre de 2007
EL SUEÑO DE LA TIERRA PROMETIDA por Dr. Guido Maisuls
Hoy escribo nuevamente sobre los gauchos judíos, pero esta vez hablo de esos míticos colonos judíos en los campos argentinos y lo hago desde la experiencia real y concreta de una pareja, de un Adán y de una Eva originales y peculiares que buscaron en esas verdes llanuras, el sueño de un nuevo hogar, del lugar donde era posible comenzar una vida nueva, de una visión realizadora de su nueva tierra prometida.
Transcurría la década del 1910 en esas tierras vírgenes y bravías de la verde Entre Ríos, en esa joven Republica Argentina. Nacía la colonia judía de Walter Moss, a quince kilómetros al noroeste del pueblo de General Campos. Creada por la Jewish Colonization Asociation en la misma época que se fundó la colonia Curbelo. Ambas abarcaban 12.826 ha, trabajadas por inmigrantes judíos provenientes del Imperio Ruso. Para fines de la década de 1930 la población era de 86 colonos dedicados a la agricultura y con lotes cada uno, de entre 150 y 240 hectáreas.
Una pareja de recién casados formaban su nuevo hogar: José de 20 años, nacido en la ciudad de Minsk hoy Bielorrusia y llegado al país a los diez años y Sara de 18 años nacida en la colonia judía de Las Moscas en la misma Entre Ríos.
Comenzaron a construir su vivienda con los materiales entregados por la J.C.A. Recibieron de la empresa chapas de zinc , tirantes de madera ,clavos y tablones. Además se debía construir un pozo para el agua, el galpón y los corrales para los animales. Era una tarea dura para esa frágil y joven muchacha de ojos verdes que entregaba todo de si, con fuerza y entusiasmo a la par de esposo. Una vivienda modesta pero cómoda, siempre construida de material, nunca quisieron vivir en ranchos que eran tan abundantes en los campos Entrerrianos. Pedazos de madera sirvieron como sillas, como mesas, como armarios y roperos. El nuevo hogar se hizo colocando ladrillos asentados en barro, en esfuerzo y en esperanzas.
Ellos eran el fruto joven de esta inmigración, se habían formado en esta nueva tierra, su castellano era perfecto aunque el idish materno y milenario era su lengua intima y familiar. Ya no pertenecían a esa vieja Europa, donde la situación en la que vivían los judíos en la Rusia de los zares había llegado al limite de lo insoportable, hacinados en aldeas donde la miseria y el desamparo imperaban entre las viejas casuchas y las estrechas callejuelas del ghetto, soñando con poder trabajar su propia tierra, sueños imposibles, ya que las leyes imperiales prohibían a los Judíos la compra de tierras y agregándose a estas penurias los brutales y horrorosos exterminios en masa llamados "progrom".
Querían conquistar esa negra y fértil tierra, crear un hogar para los hijos que vendrían y que se irían incorporando poco a poco a esa nueva identidad donde se fundían su ancestral tradición judía con el mate, el asado, las alpargatas, la bandera azul y blanca, los nueve de julio y la actividad productiva de la granja, la industria quesera y lechera, la cría de ganado y los cultivos agrícolas. Recuperar para ellos y su descendencia la libertad, la dignidad y la autorrealización que durante tantos siglos de destierro y sufrimientos no gozaban.
La vida deparaba hermosos momentos de felicidad pero también tuvieron que luchar contra escollos muy difíciles de sortear, que requerían una temple de esa madera dura de ñandubay, solo apta para gente valiente e idealista . Estos incansables colonos cada tanto se dirigían al pueblo llevando el fruto de sus esfuerzos, huevos, gallinas, frutas, hortalizas y la cosecha para la venta, lo hacían con optimismo y esperanzados en obtener una gratificación monetaria adecuada a tantos sacrificios pero la realidad muchas veces les deparaba la desilusión de caer en el engranaje de los inescrupulosos mercaderes de aquellas épocas.
Otros de los grandes obstáculos que se interponían con su anhelos de progreso eran el factor climático con sus devastadoras sequías que duraban a veces largos meses y dejaban a los animales sin su natural alimento o a los cultivos sin el agua necesaria para prosperar, las épocas de grandes lluvias que convertían los llanos y bajos campos entrerrianos en grandes lagos temporarios, el granizo que destruía despiadadamente con su frío y duro poder los huertos y las cosechas.
El devastador castigo que venia del cielo y que azotaba a los campos destruyéndolos en pocas horas cuando el cielo de la colonia se oscurecía, como una gran tormenta de nubes negras, era la tan temida plaga de langostas que devoraba inexorablemente todo aquello que fuese vegetal, convirtiendo violentamente lo verde en gris, desapareciendo como por arte de magia los cultivos y las pasturas, convirtiendo en pocos minutos en desierto al edén.
Épocas en que la atención de la Salud era una verdadera epopeya, los médicos y los hospitales eran pocos y estaban muy lejanos, a veces a cientos de kilómetros, los caminos de tierra negra se convertían en los lluviosos inviernos en verdaderos lodazales intransitables o en los ardientes veranos en largos y polvorientos trayectos a recorrer con carros o sulkys tirados por caballos. Largas travesías acompañadas de la angustia y el dolor de aquellos que perdían ese don tan preciado, la Salud. Así Sara se convierte por tradición familiar y por la vocación de ayudar al prójimo en la partera improvisada y salvadora de muchas mujeres de colonos y de criollos que parían sus hijos al amparo de Dios y de la partera, en su casa, sin médicos ni medicamentos, solo con agua hervida y sabanas escrupulosamente blancas y limpias.
La jornada de trabajo comenzaba muy temprano, se levantaban inexorablemente a las cuatro de la mañana, en las blancas y heladas madrugadas invernales o en los calidos y perfumados amaneceres estivales.
José a preparar los caballos y los enceres que tiraban el arado para preparar la tierra fértil y virginal que daría como fruto esa dulce y dorada cosecha regada con largas horas de esfuerzo, sudor y perseverancia. También a instalar o a reparar los molinos de viento que extraían el agua pura y fresca de los grandes ríos que corren en las entrañas de la tierra, era el único especialista en molinos en esos pasajes rurales.
Sara a amasar y a hornear en la negra cocina a leña, el blanco y tierno pan que los alimentaría física y espiritualmente a ellos y a sus futuros descendientes y a ordeñar sus vacas que esperaban ansiosas, separadas de sus terneros, para darle esa blanca y tibia leche que debía estar lista dentro de su reluciente recipiente metálico y que era retirado inexorablemente a las ocho de la mañana por los empleados de la cremería cercana para ser convertido en queso y crema destinada a las gentes de las incipientes ciudades argentinas.
Pasaron los años, la familia creció natural y espontáneamente como el trigo del campo, vinieron los hijos y con ellos grandes vientos de cambios que los llevaron a otros paisajes, a otros oficios, a otras realidades pero hubo algo que nunca se modifico a través de los tiempos y que fue el gran legado de José y Sara a sus descendientes.
Yo soy nieto de José y Sara Maisuls y heredero natural de ese legado.
Etiquetas: Mundo Judío
NOAJ por Yehudah Ben Abraham
En ella nos presenta más en profundidad al patriarca Noé, con quien habíamos acabado la semana pasada.
Hoy nos habla la Torá del Diluvio acontecido por la maldad de la humanidad. Por ella, nos cuenta, quiso hacer D’s tabula rasa y empezar de nuevo.
Pero nos encontramos con el bueno de Noé. De él lo primero, y quizás fundamental que sabemos es que era justo y perfecto entre sus generaciones (Bereshit 2, 9). Y con D’s anduvo Noé. ¡Qué expresión tan peculiar esta con la que nos topamos!
Algo parecido encontraremos al principio del capítulo 17 de este mismo libro, cuando leemos que D’s le dice a Abraham, “Anda delante de Mí”.
El término justo, tsadik, es el mismo término que se utiliza con José. Es un término aplicado a toda persona que permanece íntegra, aún cuando el entorno en el que se maneja se ha corrompido y la depravación, en cualquiera de sus facetas, se ha apoderado de sus vecinos.
Najmánides limita el sentido de este concepto, justo. Para él el justo perfecto es aquella persona que se limita a cumplir los preceptos y los imperativos de la justicia.
Esta es, para mí, la cualidad diferenciadora entre los dos patriarcas, Noé y Abraham.
Mientras el primero se limita a obedecer, a cumplir, el segundo intentó, antes de la destrucción de Sodoma, el perdón divino para sus habitantes aún a sabiendas de las continuas y profundas transgresiones cometidas por ellos.
Noé era, lo que ahora se llama, buena gente, pero en un sentido pasivo, mientras que Abraham lo era en sentido activo. Me explico.
Noé no hacía el mal, pero no pecar no significa que se haga el bien. La bondad debe tener un papel proactivo. Debe buscarse la mejoría, no solamente nuestra, sino la mejoría de las condiciones de los demás.
Sabiendo que iban a ser destruidos, Abraham procuró que continuaran con vida.
Esta diferencia entre no hacer el mal, quedándose estático, y hacer el bien, de forma dinámica, es algo que debe estar presente en nuestras vidas. Y esta procura del bien es motivada por la fuerza interna que tiene el ser humano, el alma, neshamá.
Un cuerpo por su propia naturaleza permanece quieto. Para hacerlo desplazarse necesita una fuerza externa, que lo haga moverse.
Un cuerpo, por su propia naturaleza, tiene tendencia a estar frío. Necesita una fuerza externa, en este caso el calor, que le haga elevar su temperatura.
Una persona, por su propia naturaleza, tiende a no hacer el mal. Pero para realizar una buena acción necesita de una fuerza externa a él, aún cuando haya sido insuflada en su interior.
De esta manera todos nosotros nos convertiremos en socios y partícipes junto con el Creador de perfeccionar y terminar la inmensa tarea que es la Creación.
Cuando sepamos que podemos hacer algo por los demás, hagámoslo.
Como está escrito “no estás obligado a terminar la obra, pero tampoco estás libre de no participar en ella” (Pirkei Avot, capítulo 2, mishná 16)
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jueves, 11 de octubre de 2007
LA PALABRA SHALOM
SHALOM no es una simple ausencia de conflicto, entre naciones o entre personas, ni una simple tranquilidad en nuestros dias calmos.
En su raiz semita (sh-l-m) significa "estar lleno, sentirse completo, abarcado, en plenitud",
SHALOM - es una vivencia plena de todos los dones de Dios; la alegria, la abundancia, la comunión, la fecundidad, la belleza, la compasión, la creatividad, la experanza, la libertad...
SHALOM no es sólo un sentimiento o situación existencial, es una experiencia de una vida recreada, llena de sentido!
SHALOM es vivir entero en la Vida, o sea, estar entero en sí mismo, poner todo en todo lo que se es y lo que se hace!
SHALOM Significa habitar cada rincón del propio ser y de su propia historia.
SHALOM es la paz de los que dan lo mejor de si mismo y no tienen vergüenza de no ser infalibles!
SHALOM es una experiencia de la totalidad humana, la sensación de que todas las dimensiones de nuestra personalidad caminan como una sola en el amor.
SHALOM es no sentirse disperso o caído como agua, con varios "yo" huyendo para cada lado . . .
SHALOM es "estar de bien" con la Vida, consigo propio, con Dios, con los Hombres y con el Universo.
Porque todo está lleno de encantos... Todo lleno de abundancia; la Vida es una construcción, el Corazon de la gente y de sus aventuras. La existencia es su proyecto de amor, los Hombres y sus busquedas, el Universo y su belleza .
SHALOM es la paz de los Corazones Sabios que ven todo con su real tamaño, ven pequeño lo que es pequeño, y ven grande lo que es grande!, Por eso, no se asustan con facilidad y tienen una manera especial para maravillarse...
SHALOM es la paz de los Corazones llenos de abundancia de la Vida!
SHALOM es la paz de los viejos sabios que sonríen con los ojos, y la paz de los niños cuando en brazos de la madre se alimentan de su leche...
……y un saludo con un “Shalom” para este 5768 que estב comenzando!!!!
LA LUZ FLUYE EN CUATRO IDIOMAS por Rav Michael Laitman
Palabras de nuestro mundo
Para empezar, tenemos que entender que todas las escrituras sagradas fueron elaboradas por cabalistas, personas que han descubierto que en toda la realidad existe una sola fuerza de entrega total y de amor, cuyo propósito es conducirnos a Su estado, a una unión basada en amor, conforme Su naturaleza. Para poder entregarnos esta sabiduría, los cabalistas describieron el camino espiritual, usando palabras que podamos entender, palabras de nuestro mundo. Elaboraron la sabiduría de la Cábala en cuatro lenguajes distintos de codificación, los cuales describen una sola cosa: el mundo espiritual.
Lenguaje de la Torá
Según la Cábala, el Creador creó una realidad compuesta de dos fuerzas, el deseo de otorgar y el de recibir, el Ego, representados por el Cielo y la Tierra. Esto se expresa en el famoso versículo de la Biblia sobre la Creación, ``En el principio Dios creó el cielo y la tierra”''. Es decir, el creado tiene que alcanzar el grado máximo de desarrollo, el del Creador, utilizando ambas fuerzas.Es decir, si tuviéramos únicamente el deseo de otorgar -Cielo-, seríamos como Ángeles, que dan automáticamente, sin libertad de elección. Y si sólo tuviéramos el deseo de recibir -Tierra-, querríamos recibir, únicamente, tal como los recién nacidos. Los cabalistas explicaron que este es el único tema tratado en la Torá.
Lenguaje de la Halajá
La manera de combinar estas dos fuerzas correctamente se expresa en la Gemará: ``Dos agarran un Talit (manto de rezos). Uno dice `es todo mío', y el otro dice `la mitad es mía' Éste agarra tres partes, y éste agarra la cuarta”''. ¿A qué se refieren? ¿Por qué pelean por un Talit? Y si uno de ellos recibe tres cuartos de ello, ¿qué hará el segundo con el cuarto restante del Talit? También acá, las palabras tienen un significado interno.Los cabalistas que también escribieron la Guemará, explicaron ampliamente cómo utilizar correctamente las dos fuerzas mencionadas: el deseo de recibir y el de otorgar. En el lenguaje de la Halajá, el creado es llamado ``Talit''”. Cuando el individuo comienza su camino espiritual, estas dos fuerzas lo ``agarran”'', es decir, lo dominan. En un momento quiere unirse con el prójimo y otorgar, y de pronto, es dominado por el deseo de recibir, queriendo gozar del prójimo y aprovecharse de él. Pero cuando avanzamos en la espiritualidad, aprendemos a controlar estas dos fuerzas y a determinar en cada situación la correcta y precisa combinación entre ellas, ya sean tres partes, un cuarto o un medio.
Lenguaje de la Hagadá
La siguiente cita es tomada del libro, Midrash Rabá: ``Cuando Rebeca estaba parada al lado del seminario de estudios (Beit Hamidrash), Jacob se disponía a salir y cuando pasaba por una casa donde se realizaba el trabajo de ídolos, Esaú corría y quería salir”''. Los cabalistas eligieron este lenguaje pintoresco para explicarnos situaciones espirituales que les era difícil describir con otros lenguajes.Jacob, en este caso, es la fuerza positiva que le ayuda al creado a elevarse al nivel del Creador, y ser quien ama como Él. Esaú, por otro lado, representa la fuerza que al parecer impide que el creado consiga dicha Meta.Es decir, también en los Midrashim (Interpretaciones de la Torá) cada palabra tiene un significado interno. En este relato en particular, se explica cómo se puede determinar la relación entre las fuerzas, o sea, cuál de ellas predominará en nosotros. Este ejemplo nos enseña que todo depende de la sociedad en la que elegimos vivir. Hay ambientes que apoyan nuestro avance espiritual, y hay otros que nos alejan de la espiritualidad.
Lenguaje de la Cábalá
El lenguaje más adecuado para nuestra generación es el lenguaje de la Cábala. Éste se encuentra por ejemplo en los libros ``Peldaños de la Escalera'' del Rabash, Rabí Baruj Shalom Ashlag, hijo primogénito de Baal HaSulam, el más grande cabalista de nuestros tiempos. Quien estudia Cábala llega a ver que la Torá habla del Mundo Superior, sobre el amor y la unión entre las almas, y no se confunde pensando que se trata de ética, o de historias de nuestro mundo. Pero el más grande valor que tienen estos libros del Rabash, es que uno puede identificarse con lo que estudia; sentimos que se trata de nosotros mismos.Por ejemplo, dijimos que hay dos fuerzas que ayudan al creado a llegar al nivel del Creador, y nos preguntamos: ¿cómo sería posible que el deseo de disfrutar a cuestas del prójimo nos ayude en el avance espiritual? Rabash explica que cada vez que despierta en el hombre el deseo de aprovecharse del prójimo, este deseo le muestra cuán lejos está de ser como quien da y ama, es decir, como el Creador.De hecho, esta sensación le ayuda a no mentirse a sí mismo pensando que ya es ``un justo absoluto''. Y es sólo así que se hace posible llegar a pedirle al Creador que nos ayude a superar ese deseo. Esta es la esencia de lo que escribieron todos los cabalistas, en los cuatro idiomas.Rabí Shimon Bar Yochai dijo: ``¡Ay! De quien dice que la Torá viene a contarnos simples historias sino que todos los asuntos de la Torá son cosas elevadas y secretos superiores”''.
Etiquetas: Cabalá
miércoles, 10 de octubre de 2007
domingo, 7 de octubre de 2007
viernes, 5 de octubre de 2007
BERESHIT por Yehudah Ben Abraham
La parashá de esta semana, Bereshit, es una parashá bastante jugosa, porque de ella podemos extraer muchos, muy diferentes y muy profundos comentarios.
Tomándola como referencia, podríamos hablar de la voluntad creadora de D’s, de la cosmogonía del Universo, etc., etc. Pero hoy quiero fijarme en otra cosa muy diferente.
La ciencia reprocha a la religión su falta de concreción y lo separado que se encuentran los descubrimientos científicos con las creencias religiosas.
Últimamente estamos asistiendo, precisamente aquí en España, a los paulatinos descubrimientos en los burgaleses yacimientos de Atapuerca de restos de un antepasado del hombre actual, al cual le denominan Hommo antecesor.
Si realizamos una lectura detenida de la parashá de esta semana, vemos que esos descubrimientos lo único que hacen es reafirmar, una vez más, la verdad y la sabiduría que conforma la Torá.
En Bereshit nos encontramos con lo que podríamos llamar una doble creación del ser humano. Por un lado nos dice (Ber 1.27) “Y D’s creó al hombre a Su propia imagen. Lo creó a la imagen de D’s. Los creó macho y hembra” La expresión utilizada para designar a los nuevos seres creados – macho y hembra, tsajar unekevá- es la misma expresión que se utiliza en la parashá posterior, Noaj, para designar a los animales que deben ser introducidos en el arca.
Nos dice, y lo repite dos veces, que los creó a imagen de D’s, pero ¿Qué quiere decir esto? Un axioma del judaísmo, recogido en los Trece Principios de la Fe de Maimónides, es la incorporeidad de D’s. Si esto es cierto, que lo es ¿Qué significa el ser creado a imagen divina? Siendo D’s todo perfección y no careciendo de nada, creó todo lo que conocemos, y también lo mucho que desconocemos, por su voluntad de amar, y con Su deseo d que, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, eligiéramos la vida. Es esta naturaleza divina, la capacidad de amar y hacer el bien, la tenemos todos los seres humanos en nuestro yo, y es lo que nos hace ser creados a Su imagen. Y desarrollar esta naturaleza, pasando de ser potencia a ser facto, a ser hecho, se basa ni más ni menos que en el atributo, también de origen divino, que hace especial, único y superior al ser humano en comparación con los demás seres de la creación. Este atributo es el Libre Albedrío.
Aún así, este ser creado era un ser sin ningún desarrollo ni espiritual ni material. Sólo se preocupaba de su mera supervivencia. Su incapacidad de fabricar, manipular y transformar los elementos a su alcance se ve subrayada cuando en el versículo 29 se nos dice que D’s les ha dado toda planta que da semilla y todo árbol que dé fruto para servirle de alimentación. Es un ser primigenio que sólo se dedica a recolectar los alimentos que se encuentra en su vagabundeo.
Más adelante, en el capítulo segundo, versículo siete, nos encontramos con la segunda creación del hombre. D’s formó al hombre. En el relato anterior lo creó-bará-, y en este lo da forma – yotser. Este segundo hombre es completamente diferente al primero.
A este hombre le insufla un hálito de vida-neshamá. Deja de ser un ser creado meramente del polvo de la tierra –Adam/Adamá- y se convierte en un ser humano con alma. Ya posee las cualidades divinas para “trabajar”.
Hablando de trabajar. El primer hombre era recolector de los productos que ocasionalmente encontraba en su camino. Al nuevo hombre, D’s le coloca en el Jardín del Edén para que lo cultive y lo guarde. Ya es un hombre, no solamente con capacidad espiritual, sino que sabe trabajar la tierra, con la naturaleza. Entendemos que conoce algo de industria, y tiene un afán protector hacia la naturaleza que le han prestado.
Pero, de todo lo que estamos viendo ¿Qué es lo más importante? Hay algo de todo el relato bíblico que, personalmente, no me hace dudar de que Adam y Eva realmente existieron físicamente.
Me refiero a que, primero, fueron los primeros seres humanos, ya no homínidos, que usaron de su libre albedrío. Sabían que no debían transgredir una prohibición directa –no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Segundo. Fueron los primeros seres humanos que tuvieron noción de la Divinidad. Al percibirla, y al percibir su propia insignificancia en comparación con aquella, quisieron ser iguales a ella. Pecaron de falta de humildad y de exceso de ambición. Pero detrás de esta trasgresión nos encontramos una inquietud espiritual y un deseo de trascender las propias limitaciones.
Tercero. Una vez que, usando de su libertad, incumpliendo una ley, y queriendo ampliar su realidad espiritual, fueron conscientes de la infracción cometida y sufrieron arrepentimiento.
Estas tres cualidades humanas, y el uso de ellas: el libre albedrío, el deseo de desarrollo espiritual y el sentimiento de arrepentimiento, son las cualidades que les hacen ser padres de la humanidad, según la conocemos hoy día.
En el relato bíblico de la creación del hombre somos testigos de la evolución desde un ser primigenio al ser humano con capacidad de desear, de elegir y de asumir la responsabilidad de las decisiones tomadas.
Para terminar es curioso que es sólo después de ser descubiertos en su trasgresión por el Creador , cuando conocemos el nombre de ellos. Es decir, tras comportarse como seres humanos falibles, pero perfectibles, es cuando se presentan como son, con sus nombres
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jueves, 4 de octubre de 2007
LAS FIESTA DE TISHREI,EL HOMBRE Y LA CABALÁ, por rav Michael Laitman.
Los ritos de las fiestas, signos y símbolos
Cuando el individuo progresa de una etapa a otra y asciende al próximo escalón, va desvelando nuevos y más profundos aspectos de la realidad.
Según la Cábala, las costumbres de las fiestas -actos espirituales que realiza el ser humano cuando asciende al Mundo Espiritual- además de mantener la tradición de Israel, nos recuerdan nuestro rol espiritual y la corrección verdadera a desempeñar: cambiar nuestra actitud hacia los demás, de recibir para mí mismo a otorgar, o sea, el amor al prójimo.
El proceso de descubrimiento espiritual se divide en varias etapas.La primera es llamada Rosh Jodesh Elul" (principio del mes de Elul). Elul son siglas de la expresión ``Yo soy de mi amado y mi amado es mío"'' (en hebreo), que tiene un significado cabalístico profundo. Simboliza aquella equivalencia de forma" en las relaciones del ser humano con Él. Yo soy de mi amado": si deseo darles a los demás y amarlos como esa Fuerza (mi amado), entonces y mi amado es mío": recibo toda la Abundancia Superior que esta Fuerza quiere otorgarme, pasando por mí hacia los demás.
El mes de Elul es nuestra determinación inicial de alcanzar la equivalencia de forma con el Creador: poner en práctica la expresión``Yo soy de mi amado y mi amado es mío"''.
Rosh Hashaná (Año Nuevo) es la segunda etapa, de donde el individuo comienza su investigación en cada nuevo escalón espiritual hacia el cual avanza.El ser humano se embarca en el sendero espiritual con una pregunta en su corazón: ¿cuál es el propósito de mi vida?", punto donde ya necesita ciertas herramientas para auto-examinarse, descubre que existe un sistema de leyes que opera la realidad y comienza a transformar su naturaleza.
Entre la etapa de Rosh Hashaná y Yom Kipur (Día del Perdón) existe una etapa media llamada los Diez Días de Arrepentimiento".La Cábala explica que hay en el individuo diez características básicas que componen su esencia interna. En esta etapa media, descubre con mayor intensidad que la razón del sufrimiento en su vida es su propia naturaleza; entonces, está listo para la próxima corrección, el Día del Perdón.
Las cinco restricciones en la recepción de placer que asume el hombre en Yom Kipur simbolizan la resolución de corregir su egoísmo: ayuno, relaciones sexuales, uso de zapatos de cuero, baño y transporte.
De acuerdo a la Cábala, la sucá (cabaña) representa la estructura del alma. La habilidad de contener la Abundancia destinada para nosotros, y la paja simboliza el poder de superar el egoísmo.
Según la tradición, las ramas de paja deben ser desechadas, representando el proceso en nuestro interior: primero, la necesidad de amar a los demás nos disgusta, como aquellas ramas desechadas de la sucá. Pero al avanzar en su camino espiritual, el hombre cambia su trato a los demás, y se percata que esto lo acerca a entender la Fuerza Superior que opera en la realidad.
Durante los siete días de Sucot, el hombre se eleva por encima de su egoísmo, atributo por atributo, cada día, anhelando más el amor al prójimo y la conexión con el Creador. Los atributos son representados por los Ushpizín (visitantes) de la sucá.El apogeo de este proceso produce un estallido de alegría durante la próxima etapa de corrección: Simjat Torá (la Alegría de la Torá). Es entonces que el individuo cumple la corrección de su alma -total semejanza de atributos con la Fuerza Superior-, llegando finalmente a llenarse de alegría y abundancia ilimitadas.
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miércoles, 3 de octubre de 2007
SIMJAT TORÁ por Yehudah Ben Abraham
Simjat Torá no es tan antigua como Sucot según la conocemos hoy, Fue en el s.XI que l noveno día tras el comienzo de Sucot tomaría el nombre del ritual festivo de lo que conocemos ahora como Simjat Torá.
Simjat Torá celebra la continuación del compromiso de los judíos con el estudio de la Torá. Cada año en esta estación, completamos la lectura anual de la Torá y empezamos de nuevo el proceso. Haciendo esto, afirmamos nuestra visión de la Torá como un árbol de la vida, y una demostración del ejemplo vivo del estudio durante toda la vida, que no acaba nunca.
Obviamente una fiesta anual de esta naturaleza implica un ciclo anual de la lectura de la Torá. Pero no siempre ha sido este el caso. En la antigua Palestina, los judíos seguíamos un ciclo de lectura de tres años. La costumbre del ciclo anual era una costumbre de la comunidad judía de Babilonia. No fue hasta el siglo octavo que la gran mayoría de los judíos adoptamos el sistema anual. De hecho algunas congregaciones reformistas americanas y alemanas todavía preservan el ciclo tri-anual.
Simjat Torá es una celebración festiva. Los rollos de la Torá son tomados del Arca y son llevados por los miembros de la congregación alrededor de la sinagoga durante siete vueltas.
Durante estos siete recorridos, Hakafot, quienes no portan los rollos llevan banderas de múltiples colores y cantan canciones hebreas. El servicio de la Torá es el mayor evento de la celebración de Simjat Torá. Un miembro de la congregación abre la Torá y lee la última sección del Libro del Deuteronomio. Tradicionalmente esta persona es llamada jatán Torá, novio de la Torá. Una segunda persona abre otro rollo de la torá y lee la sección primera del Génesis. Esta persona es tradicionalmente llamada jatán Bereshit, novio del Bereshit. Se considera un gran honor formar parte de este importante ritual, y aquellos que son invitados a él suelen ser líderes de su comunidad judía.
De hecho muchos eruditos interpretan el ritual de Simjat Torá como una boda simbólica del pueblo judío con la Torá. Los elementos comunes son las siete vueltas que se dan y los nombres de novio de la Torá y novio del Bereshit utilizados.
Los orígenes de la costumbre de agitar banderas coloridas no están muy claro. Algunos estudiosos dicen que el marchar con las banderas recupera la historia de las antiguas doce tribus de Israel, cuando cada tribu tenía su propio estandarte.
En muchas sinagogas, muchos niños que aún no son Bar/Bat Mitzvá son llamados a la Torá. Ante la congregación entera, y con un tallit extendido sobre sus cabezas, reciben una bendición especial del rabino. Simjat Torá también es el momento en que los niños entran en la escuela religiosa y son llamados a la bimá y bendecidos en una hermosa ceremonia de consagración.
El mensaje simbólico de estas costumbres y de Simjat Torá nos habla a cada judío en cada generación. La Torá es posesión del pueblo judío. Es nuestra herencia, nuestra historia, nuestra vida. Sus enseñanzas han servido como pacto, enlazando a los judíos, jóvenes y viejos, en todas las generaciones, sobre el tiempo y el espacio, en cada tierra donde hemos vivido. Y las palabras que pronunciamos cuando acabamos de leer la Torá y empezamos de nuevo cada año son las hermosas palabras que nos han inspirado a través de nuestra historia: Jazak, jazak, venitjazeik. “Sé fuerte, sé fuerte y danos valor", construyendo un judaísmo vivo a través del estudio, de la acción y el compromiso.
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SHEMINI ATZERET por Yehudah Ben Abraham
Tiene una base bíblica (Levítico 23:36) donde se dice:”En el octavo día observarás una asamblea santa.”
Originalmente Shemini Atzerret era un tiempo de reflexión sobre los días santos de Sucot, que justo ahora acaban de finalizar. Los judíos permanecemos n nuestras sucot un día más en un día de oración, antes de volver a nuestra rutina diaria. Con el tiempo, también se convirtió en un día en que los judíos recitamos una oración especial por la lluvia para el año que empieza, bastante apropiado, si vemos el tema agrícola que conforma Sucot. Además, algunos judíos dan un segundo significado a la palabra Atzerret en interpretación de la fiesta. Atzerret puede denotar tanto el significado de asamblea o convocatoria, como el de “detenerse y esperar”. Una parábola rabínica habla de Shemini Atzerret como un modo que tiene D’s e prolongar la estrecha relación con el pueblo de Israel:”D’s es como un rey que invita a todos sus hijos a una fiesta que dura varios días. Cuando llega el tiempo de marchar, el rey reúne a sus súbditos, en este caso la Casa de Israel, y les dice que permanezcan un día más, ya que su marcha será dura para él.”
La solemnidad de Shemini Atzerret, da una especie de alegría y excitación a Simjat Torá.
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HOSHANA RABA por Yehudah Ben Abraham
El más familiar para todos es Simjat Torá. Los otros dos son: Hosanna Rabá y Shemini Atzerret. Todos ellos tienen un gran contenido que nos enseña sobre ideas, valores y puntos de vista judíos.
Hosanna Rabá es la traducción de “Gran Hosanna”, un nombre dado al séptimo día de Sucot. Nosotros celebramos Sucot durante siete días, como en Israel.
Hosanna es la contracción de la frase hebrea “Hoshiah na” (Salmo 118:25), que significa “Te bendecimos, Adonai, sálvanos ahora”. Durante las fiestas de Sucot, se canta diariamente este salmo, incluyendo el séptimo día cuando los judíos llevamos ramitas de sauce llamadas hoshanot. El significado es que participamos del ritual de Hosanna Rabá.
Sucot no solo era un tiempo para agradecer por una provechosa cosecha. En el tiempo del Templo, los judíos veíamos en el una oportunidad adicional de buscar el perdón por nuestros pecados. Aunque Iom Kipur se mantenía como el día central de la expiación, a través de Sucot los judíos implorábamos a D’s para que nos salvara ahora. También en los tiempos del Bet HaMikdash, en cada uno de los seis primeros días de Sucot, los judíos realizábamos una sola procesión, o hakafot, alrededor del altar mientras se cantaba hoshiah na. El séptimo día se realizaban siete recorridos, de ahí el nombre de “Gran Hosanna”, mientras se recitaba esta plegaria. Después de esto, batíamos las ramas de sauce contra el suelo a los lados del altar. Las hojas caídas eran un símbolo de los pecados, los cuales habían sido eliminados.
De esta manera, los judíos pensábamos que los libros del juicio eran finalmente sellados en Hosanna Rabá. De ahí la apasionada petición de una “última oportunidad” para el perdón.
Hoy en día se realizan siete procesiones alrededor de la sinagoga. Los fieles llevamos lulav y etrog mientras recitamos la oración Hosanna para la liberación. Los judíos más tradicionales golpean las ramas de sauce contra los bancos de la sinagoga hasta que se rompen todas las hojas, un símbolo de la ruptura de todos los pecados acumulados durante el año.
No sé sabe a ciencia cierta si existe alguna relación en que caiga el séptimo día de sucot con que se den siete vueltas alrededor de la sinagoga. Realmente el número siete tiene muchas interpretaciones. Algunos ven en este ritual una recreación de la siete vueltas que se dieron alrededor de las murallas de Jericó bajo el liderazgo de Josué (Josué 6:12-15). Otros sostienen que las siete hakafot representan los siete días de la Creación, y así realizamos un potencial renacimiento espiritual de cada persona ante el año que viene. Cualquiera que sea la razón, está claro que Hosanna Rabá fue y es una afirmación profundamente religiosa del poder salvador de D’s y de la responsabilidad individual de las acciones personales.
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