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martes, 3 de julio de 2007

PARASHAH PINJAS por Rav Nancy H. Wiener

DETERMINANDO LAS CUALIDADES DEL LÍDER POLÍTICO IDEAL
La parasha de esta semana, Pinjás, es sobre la sucesión y la herencia. ¿Quíen sucederá a Aharon en el Sumo sacerdocio? ¿A quién pasará la tierra cuando los israelitas entre en ella? ¿Quién reclamará la tierra de un hombre si no tiene hijos? ¿Quién sucederá a Moisés y guiará al pueblo a la Tierra Prometida? En unos cortos capítulos, aprendemos lo siguiente: la tierra pasará a los isrelitas según el número de miembros de las familias que abandonaron Egipto, no el número de miembros que entre en ella: Pinjás, nieto de Aharón, recogerá el manto del sacerdocio; las hijas de Zelophehad, heredarán la tierra designada a los descendientes de su padre; y Joshua sustituitá a Moisés en el liderazgo.
Habiendo fijado los detalles de quien recibirá los pedazos de la tierra, D’s lleva a Moisés al sitio donde él pueda reconocer la tierra. Tanto él como el pueblo son colocados al filo de la tierra cuando D’s le informa a Moisés que morirá sin siquiera entrar en ella. En respuesta, Moisés comprende que debe tener un sucesor. Más que elegir su propio sucesor, se vuelve a D’s, en un acto que algunos comentadores describen como una oración, y dice:” Permita el Eterno, Fuente del aliento de todo ser vivo, designar a alguien sobre la comunidad quien saldrá antes que ella y entrará antes que ella, quien les sacará y les llevará, así que la comunidad del Eterno pueda no ser como las ovejas que no tengan pastor”. (Números 27: 16,17)
Moisés quiere que sea D’s el que toma la decisión; no obstante, se coloca él mismo como asesor de D’s, optando por compartir la sabiduría adquirida referente al liderazgo. Ofrece su conocimiento a quien saque a los israelitas del exilio, quien debe conocer las fuerzas y debilidades del pueblo, y quien observe como el poder y la autoridad han sido ejercidos por líderes políticos (como el Faraón) y líderes sacerdotales ( como su suegro Itró, su hermano Aharon, los hijos de Aharon Nadab y Abihu y, más recientemente, el hijo de aharon Eleazar).
Juntos, Moisés y D’s, articulan que el próximo líder ”saldrá antes que ellos que el pueblo)…y entrará antes de ellos, y…les sacará y les introducirá en…” (Números 27:17). El próximo líder será “un individuo inspirado”, en hebreo: ish asher ruja bo (Números 27:18)
Rashi explica que un hombre spiritual, un líder que es inspirado, sabe cómo resistir contra el espíritu de cada persona. Tal líder es tolerante, pero no pasivo o débil. Tal líder conoce su propia mente y mantendrá sus puntos de vista, siendo capaz de cambiar su mente y liberarse a sí mismo de ideas preconcebidas. El espíritu es fuerte, pero puede ser movido.
La colección del Midrash Tanjuma lleva esta idea un paso más allá y sugiere que un líder debe ser capaz de sintonizar con personas con quienes disienta. No debe ser sólo tolerante, sino también encontrar un modo de comunicar e incluso entender divergentes puntos de vista.
Esta es la cualidad que D’s añade a las enumeradas por Moisés. Moisés quiere que el pueblo tenga un líder que puedan seguir, un líder que no sólo les acompañe, sino también que vaya por delante de ellos. La colección del Midrash Sifrei apunta que muchos líderes terrenales determinarían que debería librarse una batalla, pero ellos mismo no irían a ella. En cambio, el líder ideal de los israelitas, como es previsto por Moisés, no sólo iría a la batalla con ellos, sino que también pondría su vida en peligro tomando posiciones en la vanguardia.
Esta es la segunda parte de la inquietud de Moisés que es particularmente sorprendente. Su sucesor es imaginado para liderar a sus hombres a la batalla y sacarles de ella. Ir a la guerra puede, de hecho, ser algo que un líder considere justo y necesario. Tiene la autoridad para llevarles a la guerra. En cambio, es responsable de pensar cómo les va a sacar de dicha guerra: para esto, también, el líder está obligado. Quizás es esta segunda, y a menudo difícil tarea, que el provoca el comentario de D’s sobre el espíritu. Si, como sugieren los midrashim, una persona de espíritu fuerte es, de hecho, quien puede considerar divergentes opiniones y cambiar de opinión, entonces un líder político, quien es responsable del bienestar de pueblo, y más especialmente, en tiempos de guerra, debe tener una estrategia de salida cuando está considerando entrar en una guerra. Y un líder debe considerar todas las estrategias de salida posibles cuando ha llegado el tiempo de “introducirles”. Porque si no lo hace, el pueblo será como un rebaño sin pastor, a merced del enemigo y a merced de los elementos. La verdadera prueba del espíritu de un líder es su habilidad para reconocer que fuerza y flexibilidad se complementan y alimentan mutuamente.
Rabbi Nancy H. Wiener, D.Min.,es rabina de Pound Ridge Jewish Community, una javurá reformista en Pound Ridge, New York.

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