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viernes, 19 de septiembre de 2008

PARASHÁ KI-TAVO por Rav Peter Tarlow


La parashá para esta semana se llama "Ki-Tavó". La van a encontrar en el Libro de Deuteronomio: 26:1-29:8. Si hubiera una sección semanal dada con el propósito de provocar miedo en nosotros, ésta la sería.


Específicamente Ki-Tavo trata de lo que pasará a Israel si no sigue las reglas de la Torá o en formal más generalizada nos explica lo que acontece en y a cada organización donde hace falta de reglas. A la gran mayor parte de los modernos no les cae bien esta sección. Les parece dura y con una falta de cariño. Además, profundamente muchos de nosotros preferimos pensar que las leyes sociales aplican a los otros pero no a nosotros. Un ejemplo sería los grandes problemas que vemos en Wall Street. No obstante, hay otras maneras para leer este texto y ver en ello no solamente advertencias importantes sino un cariño profundo dentro del alma del texto.


Si leemos el texto con cuidado, vemos que el texto nos plantea la idea que debería haber consecuencias a nuestras acciones. Esta idea no siempre nos cae bien. Por ejemplo, ¿cuántas veces en clases universitarias quejan los estudiantes que el profesor les dio una mala nota? No les ocurre que son ellos que ganan las notas y no los profesores que se lo dan. Esta parashá los recordaría que en la vida nada es dado a nosotros y al equivocarse hay que estar preparado para sufrir las consecuencias de nuestras acciones.


La parashá sigue aún más adelante. Nos dice que si no hubiera consecuencias a nuestras acciones, si no obligamos a respetar o cumplir con las leyes justas, entonces volveremos a un estado de "Tohu vaVohu" (la palabra bíblica para describir el estado de "caos total antes de la creación"). Esta parashá entonces es el antitesis de Génesis. Si Génesis trata de la habilidad de regresar la entropía por crear orden del caos, entonces ésta nos advierte contra las consecuencias negativas de transformar el orden en desorden.


En Génesis el estado de "Tohu vaVohu" era un estado en el cual no había consecuencias por nada. Génesis nos presenta la transformación de energía negativa en energía productiva por medio de la creación del orden representado por el reconocimiento de la necesidad de aceptar las consecuencias de nuestras acciones.


La sección actual entonces nos enseña un principio de gestión básica para la sociedad, sea de lucros o no de lucros. Nos dice que si no hay reglas y consecuencias por hacer caso omiso de ellas, entonces una entidad se va a encontrar en un estado caótico y por fin fallará. Este mismo principio tiene validez en todas las organizaciones sociales, desde la familia hasta los negocios.


Lo que el texto nos enseñe es que sin consecuencias, la vida se hace vacía de significado. En la Torá hasta los gobiernos también debería aceptar las consecuencias de sus acciones. Por eso nos enseña que los gobiernos son responsables a su pueblo no tienen el derecho de hacer decisiones caprichosas. Por eso, el judaísmo predica que todos los cuídanos deberían gozar del derecho de acceso a sus leyes, comprenderlas y conocer las consecuencias por no llevarlos a cabo. Nos enseña que somos nosotros que escogimos las reglas, conociéndolos y aceptando sus consecuencias.


Tal vez en lugar de ver a D'os en estos capítulos como un D'os colérico, deberíamos ver estos avisos divinos como símbolo de un D'os que se preocupa por nosotros y a Quien Le importamos. El regalo de esta parashá es por habernos dado las reglas y un conocimiento de las consecuencias de nuestras acciones, tenemos la oportunidad (pero no la garantía) de vivir una vida significada y lleno de sentido. ¿Respetarían Vds. un jefe que no sabrá considerar a sus empleados responsables por las acciones de ellos? ¿Tiene esta parashá algo de enseñar a los de Wall Street? ¿Que opinan?
Rav Peter Tarlow es el rabino de Oneg Shabat, y director de la casa de Hillel de la Universidad de Texas A&M

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.