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lunes, 19 de noviembre de 2007

ANTIGUA SINAGOGA REVITALIZA COMUNIDAD JUDIA EN BRASIL por Raymond Colitt


Flanqueada por bulliciosos cafés en la ciudad de Recife, en la costa noreste de Brasil, se encuentra un poco conocido tesoro de la historia judía en el Nuevo Mundo: la más antigua sinagoga de las Américas.
Judíos sefaradíes construyeron la Sinagoga Kahal Zur Israel antes de 1641, muy posiblemente en 1636, cuando disfrutaban de libertad religiosa bajo los holandeses, que gobernaron parte del noreste brasileño entre 1630 y 1654 para controlar la producción de azúcar.
La Congregación Mikve Israel de Curacao, considerada por algunos la más antigua activa en las Américas, fue fundada en 1651.
En la mayor nación católica del mundo, cuyo ícono más conocido es el Cristo Redentor erigido sobre una colina de Río de Janeiro, la sinagoga de Recife, de dos plantas, se convirtió en un símbolo importante de la herencia judía en Brasil.
Usando antiguos mapas, excavaciones arqueológicas descubrieron las ruinas de la sinagoga, incluyendo el Mikvah original, un baño de ceremonias religiosas, bajo seis capas de pisos. Restaurada, la sinagoga reabrió en diciembre del 2001.
Desde entonces, se ha convertido en una de las principales paradas del circuito turístico de la ciudad, capital del estado de Pernambuco, y sus archivos atraen a numerosos historiadores brasileños y extranjeros.
Los estudiosos están develando gradualmente el papel prominente que tuvo el judaísmo en la primera sociedad brasileña.
"Esto desafía la visión estereotipada de que la cultura brasileña se basó en un trípode de portugueses, indios (nativos) y africanos," dijo Tania Kaufman, jefe del Archivo Histórico Judío de Recife.
"Ahora sabemos que los judíos fueron una parte fundamental de la del crisol cultural de Brasil," agregó.
Archivos históricos en Brasil y Amsterdam muestran que los judíos ayudaron a construir la industria azucarera, carreteras, puentes y un sistema básico de aguas residuales en el noreste. Muchos también hicieron dinero comerciando esclavos.
En su cima, en 1645, la comunidad judía de Recife contaba con 1.630 miembros, la misma cantidad que la próspera comunidad judía de Amsterdam, de acuerdo con el historiador holandés Franz Leonard Schalkwijk.
"El dominio económico de los judíos provocó varias protestas (de católicos y protestantes)," escribió Schalkwijk en su libro "Iglesia y Estado en el Brasil holandés."
Cuando terminó el gobierno holandés en 1654, los judíos fueron expulsados, asesinados o forzados a esconderse bajo la Inquisición católico romana.
Un grupo de Recife desafió temporales y piratas para llegar a lo que ahora es Nueva York, donde fundó la primera congregación judía de América del Norte, llamada Shearith Israel, "los remanentes de Israel."
Una exhibición titulada "Pernambuco, Brasil: una puerta a Nueva York," despertó gran interés en el Centro Estadounidense para la Historia Judía en 2004-2005, recuerda Kaufman.
La restaurada sinagoga y el renovado interés en el legado de sus ancestros está revitalizando la identidad de la comunidad judía en Recife, que ha estado disminuyendo en más de la mitad, a 300 miembros, respecto a dos décadas atrás, ya que muchos se trasladan a ciudades más grandes.
En el 2005, Recife recibió de Israel su primer rabino permanente desde 1654.
Existen cuatro sinagogas en Recife, pero los judíos eligen celebrar sus matrimonios y Bar Mitzvahs en la de Kahal Zur Israel debido a su simbolismo.
"Es una enorme fuente de orgullo," dijo Ivan Kelner, presidente de la Federación Israelita de Pernambuco.
La sinagoga también es centro de un renacimiento cultural más amplio. En noviembre de cada año, un festival judío de danzas, cine y comidas atrae a unos 20.000 visitantes.
"La sinagoga es un símbolo de la resurgimiento de la cultura judía, ha galvanizado a nuestra comunidad," dijo Denys Sznejder, un coreógrafo que encabeza un grupo de danza folclórica judío en Recife.


Reuters.

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