En los ojos de la Cabalá, Megilat Ester nos habla de las fuerzas que se descubren en las partes más profundas del hombre. Fuerzas que hablan de lo que uno descubre de la relación de uno con el Creador, las fuerzas que guían los eventos de la vida de todos. Esas fuerzas llamadas Mordejai, Ester, Amán, etc.
La historia de Purim se desarrolla ante la construcción del segundo templo, justo antes de la inmigración a la tierra de Israel. Esta habla de la última batalla antes de la corrección final (Gmar Tikun). En esta etapa, el pueblo de Israel, que simboliza nuestras aspiraciones internas por la espiritualidad vive calmado y pacíficamente en el reino de Ajashverosh.
Mordejai, la fuerza interna dentro del judío, que no quiere nada más que aferrarse al Creador y adorarlo, vivía felizmente y el reino estaba en paz.
El pueblo de Israel representaba la mayoría de los deseos en línea directa (Isra=Yashar, directo) a ( Él=Dios) la escalera del mundo y aprender de Él las leyes del universo y cómo disfrutarlas.
En verdad, en el principio de la historia, la narrativa insinúa que algo anda mal: “Hay una nación que es esparcida entre las naciones”. Es esta nación, que se supone está unida contra todas las otras naciones que quieren solamente su propia gratificación, esta nación cuya fuerza viene solamente de su unidad, es dispersada. Esta es una señal segura que el hombre aún no ha cumplido su destino, por lo que sólo la gente de Israel puede llevar a la humanidad a su meta, la unión con el Creador.
El malo Aman, que representa lo egoísta en nosotros, el opuesto al judío, quiere explotar la situación para beneficio propio. Él eventualmente quiere derribar al rey de su trono.
Él cree que el hecho de que los judíos hayan sido dispersos testifica su debilidad, confusión y falta de fe. Por lo tanto, considera que la situación es una gran oportunidad para eliminar a los judíos de la faz de la tierra, porque ellos son la única fuerza que se interpone entre él y el poder sacar provecho del Creador.
Lo que Amán no logra comprender, no obstante, es que los judíos están dispersos por una razón. Esta se sostiene en el hecho de que la gente de Israel ha sido elevada ahora a un nivel más alto.
Este nivel más alto se refiere a un directo y abierto contacto con el Creador. Una unión tan abierta que nadie será capaz de negarla. Nosotros vemos la verdad de esto cuando al final de la historia, todas las gentes se reforman. El significado es que todos los deseos en el hombre, llamados Gentes, aceptan la fuerza principal que lleva a la confianza y felicidad, llamada Israel.
El judío en un hombre se encuentra limitado. Esa limitación puede sólo ser superada por el malvado Amán. Por eso es que nosotros debemos encontrar al Amán dentro de nosotros.
El principio de la historia nos dice cómo Mordejai, el judío, salvó al rey de los dos asesinos Bigtan y Teresh. Naturalmente, nosotros esperaríamos que el rey pagara a él por su obra, tal vez un aumento, o algún otro tipo de recompensa.
Pero las cosas no son tan simples, porque Mordejai es el Israel en hombre, él no quiere nada sino estar en contacto con su Creador. No quiere ganancia personal, por lo tanto, tú no le puedes dar ningún regalo, porque no lo aceptaría.
Así, para nuestra sorpresa, leemos que no es Mordejai quien es honrado, sino Amán quien de todos los candidatos obtiene los honores, cuando el rey lo nombra cabeza de todos los ministros. Amán obtiene dominación total del reino y a todos los esclavos del Rey se les ordena que hagan reverencia ante él. Esto significa que el egoísmo ha sido ahora elevado a su máxima proporción.
De toda la gente, sólo Mordejai se rehúsa a reverenciar a cualquiera con excepción del rey. La razón de eso es que siempre hay una voz en el hombre que le dice quién es el rey y a quién permanecer leal sea cual sea el costo. Él es el único que lo recuerda, aún cuando el pueblo entero de Shushan está desconcertado y confundido. Aún cuando su vida es amenazada, el leal israelita escoge la lealtad a su rey antes que cualquier otra cosa.
Es sólo a través de la magnificación del ego de Amán a la proporción que este creció, que la gente pudo darse cuenta de lo correcto que era el camino de Mordejai.
La diferencia entre el camino que toma Amán y el que toma Mordejai es el corazón alrededor del cual gira la historia.
Amán quiere sacar provecho del rey y usarlo para tomar el control del reino. Él piensa sólo en sí mismo y resume la fuerza más vil en el hombre, su deseo de gobernar el mundo a toda costa, aún a pesar de su propia destrucción.
La única meta de Mordejai, por otra parte, es descubrir la verdadera escalera del mundo y aprender de ella cómo conducirse a sí mismo. Por lo tanto, no puede ser sobornado en ninguna forma. Puede estar en el castillo del rey y cuidar la puerta mientras todos se inclinan ante Amán. No hay precio a su lealtad. Sabe que llegará el día cuando cada uno se dé cuenta de esto, pero también sabe que no puede imponer su mente en los otros.
Amán toma control del reino, precisamente con el propósito de incrementar sus deseos. El egoísmo es revelado de tal forma que el hombre se dará cuenta de las fuerzas destructivas que habitan dentro de él. Amán decide utilizar el poder que le ha sido dado a fin de realizar su plan de destruir a su enemigo primario: el Israel dentro de nosotros.
El cuidadosamente planea sus acciones, prepara el árbol y la cuerda, confiado de que en unos pocos momentos, la persona que se encuentra por completar sus sueños, será eliminada.
Entonces le preguntan a Amán: ¿Qué debe hacerse con el hombre que el rey quiere honrar? Estando seguro de que él es el hombre más querido, sugiere que fuera sentado en un caballo (la fuerza interna del hombre) y declarar públicamente: “Así es como el rey honra al hombre que el rey más quiere”.
En ese punto la gente de Israel se une. Su plegaria colectiva por el éxito de la misión de Ester, representando la fuerza de la fe, enmendando lo que al principio parecía ser una separación entre la gente. Esa corrección le permite a ella llegar al rey directamente, lo que es el gran milagro de Purim. Antes de eso nadie había podido llegar al rey en esa forma. Sólo la fuerza de la gente unida en plegaria por ayuda, le dió a ella la defensa necesaria para salir del escondite (Hebreo: Hester) y al tener una visión en la cara del rey, a ella se le revela el verdadero objetivo del rey: otorgar a todas las criaturas.
Entonces Amán (la fuerza egoísta del hombre) descubre el fraude, pero es muy tarde para él. Descubre que el propósito del trabajo del hombre es revelar la dominación y benevolencia del rey. Se da cuenta que él fue una herramienta en las manos del rey, cuyos verdaderos deseos fueron cultivar a Mordejai.
Pero en este punto no puede cambiar la sentencia a la que ha sido sujeto. Es debido al gran deseo de Amán de dirigir el reino que Mordejai tiene el honor y la publicidad que merece.
Así los deseos del hombre descubren el intento del rey de otorgar a sus criaturas y la correcta forma de alcanzarlo a Él, el camino de Israel interior.
Israel es el deseo del hombre de estar en perpetuo contacto con Él, quien semeja la realidad con el Rey.
Israel es el que recuerda todo tiempo quién gobierna nuestras vidas y utiliza cada oportunidad para fortificarse en la unión con Él.
Israel es el que nunca desespera cuando enfrenta graves dificultades a lo largo del camino, porque está seguro que éstas solo lo elevan hasta revelarse la benevolencia del Rey.
Israel es el que finalmente ve lo justo de su camino llegando a la Luz a través de la unificación de las fuerzas para el propósito de su vida.
Israel es el que cambia la ocultación a revelación y escribe con sus obras la historia de Ester.